Aunque el protagonista relate la historia al final de su vida, los hechos que allí se narran se sitúan en 1969. La novela comprende el verano en el que el hombre llegó a la Luna en una España franquista. (la sociedad del momento es un tema recurrente en la novela). A pesar de esto, se trata de unos años en los que se perciben cambios sociales y una mayor apertura mundial, reflejándose en el carácter de los Obregón.
Como el autor asegura al comienzo de la obra, "era una época en blanco y negro, un tiempo de cambios, al menos más allá de nuestras fronteras". Asimismo, es un tiempo de cambios para Javier, el protagonista, que pasa de la niñez a la adolescencia durante su estancia en Villa Candelaria. Además, referenciando el año en el que Neil Amstrong pisó la Luna, César Mallorquí quiere hacer hincapié en un momento que traspasa fronteras en la historia global. Por otra parte, la novela en sí es un gran flashback narrado en orden cronológico.
El desarrollo de la historia empieza en Madrid (de la que señala la última tarde que disfruta de la vida como un niño inocente), pero la mayor parte de la obra acaece en una de las típicas casas señoriales sel siglo XIX en el barrio de El Sardinero, Santander.
Villa Candelaria, situada en un enclave turístico para la burguesía castellana de los siglos XIX y XX se trata de la casa en la que Javier conoce a sus primas y crece hasta convertirse en un adolescente.
Esta mansión se divide en tres plantas, un sótano y un torreón.
En la planta principal se encuentra el comedor y el núcleo social de la familia, el salón. Este es el lugar donde silenciosamente las mujeres de la familia conforman una unidad de la que el protagonista no llega a ser partícipe: Rosa pinta, Margarita y Adela bordan, Violeta lee y Azucena observa.
En el segundo piso están dispuestos los dormitorios y los cuartos de baño (donde espía a Margarita). En los dormitorios, Javier descubre al fantasma y empieza su aventura.
Al tercer piso se accede por unas escaleras que desmbocan en un gran desván repleto de muebles viejos, representando la importancia del pasado y el apellido) en las grandes familias. Allí empiezan la búsqueda de muebles relacionados con Beatriz Obregón que termina finalizando el protagonista. A continuación hay un torreón en el que Violeta se dedica a escribir.
Por último, el sótano es el lugar de trabajo de Luis Mendoza en el que se enfrasca en la búsqueda infructuosa del perpetuum mobile: "-Es algo así como el santo grial -sugerí-. los caballeros del rey Arturo lo buscaban, aunque no existiese, porque lo importante es buscar el Grial, no encontrarlo". Además, es la única habitación de la casa donde puede sentirse solo.
El último lugar relevante de la historia es la playa de El Sardinero, donde acude con frecuencia para alejarse de la cotidianidad de Villa Candelaria.
Como el autor asegura al comienzo de la obra, "era una época en blanco y negro, un tiempo de cambios, al menos más allá de nuestras fronteras". Asimismo, es un tiempo de cambios para Javier, el protagonista, que pasa de la niñez a la adolescencia durante su estancia en Villa Candelaria. Además, referenciando el año en el que Neil Amstrong pisó la Luna, César Mallorquí quiere hacer hincapié en un momento que traspasa fronteras en la historia global. Por otra parte, la novela en sí es un gran flashback narrado en orden cronológico.
El desarrollo de la historia empieza en Madrid (de la que señala la última tarde que disfruta de la vida como un niño inocente), pero la mayor parte de la obra acaece en una de las típicas casas señoriales sel siglo XIX en el barrio de El Sardinero, Santander.
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Playa de El Sardinero, Santander |
Villa Candelaria, situada en un enclave turístico para la burguesía castellana de los siglos XIX y XX se trata de la casa en la que Javier conoce a sus primas y crece hasta convertirse en un adolescente.
Esta mansión se divide en tres plantas, un sótano y un torreón.
En la planta principal se encuentra el comedor y el núcleo social de la familia, el salón. Este es el lugar donde silenciosamente las mujeres de la familia conforman una unidad de la que el protagonista no llega a ser partícipe: Rosa pinta, Margarita y Adela bordan, Violeta lee y Azucena observa.
En el segundo piso están dispuestos los dormitorios y los cuartos de baño (donde espía a Margarita). En los dormitorios, Javier descubre al fantasma y empieza su aventura.
Al tercer piso se accede por unas escaleras que desmbocan en un gran desván repleto de muebles viejos, representando la importancia del pasado y el apellido) en las grandes familias. Allí empiezan la búsqueda de muebles relacionados con Beatriz Obregón que termina finalizando el protagonista. A continuación hay un torreón en el que Violeta se dedica a escribir.
Por último, el sótano es el lugar de trabajo de Luis Mendoza en el que se enfrasca en la búsqueda infructuosa del perpetuum mobile: "-Es algo así como el santo grial -sugerí-. los caballeros del rey Arturo lo buscaban, aunque no existiese, porque lo importante es buscar el Grial, no encontrarlo". Además, es la única habitación de la casa donde puede sentirse solo.
El último lugar relevante de la historia es la playa de El Sardinero, donde acude con frecuencia para alejarse de la cotidianidad de Villa Candelaria.
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